En los últimos años, la industria de la moda y las redes sociales nos han creado un tipo de cuerpo, con el cual muchas de nosotras no nos sentimos identificadas, al contrario, nos sentimos excluidas. Y no hay que encerrarse solo en el tipo de cuerpo que nos venden las grandes marcas de moda o que vemos a diario en Instagram, también se trata de personalidades que muchas veces queremos imitar. ¿Cuántas veces hemos sentido que nuestra personalidad no es “cool” porque no se parece a la de tal influencer con miles y miles de seguidores?
Nos bombardean con imágenes de vidas y cuerpos “perfectos”, mientras nosotros estamos observándose acostados en nuestras camas sintiéndonos las personas más aburridas del planeta. Y, respecto a esto solo hay que recordar una frase “relájate, nadie lleva esa vida perfecta que nos muestra en Instagram”. Pero claro, antes de leer esto nos dimos muchas veces la tarea de imitar la personalidad de tal instagrammer que ni siquiera conocemos en la vida real pero que lo que nos mostraba en su cuenta de Instagram nos llenaba y cumplía con nuestras expectativas para ser “más cool” en esta red social. Y con personalidad me refiero a su forma de hablar, de vestir, su cuerpo, su estilo de cabello, hobbies y hasta su forma de pensar.
Y es así como en la era de Instagram, el desarrollar nuestra personalidad ya no se hace de una forma orgánica, sino que, por desgracia, está basada en imitaciones.
Y bueno, es aquí donde me gustaría dar una serie de consejos para lograr desarrollar nuestra personalidad 100% de forma espontánea y sin que nadie ni nada intervenga en ella, pero lamento decir que no los tengo. Sin embargo, creo que podemos cambiar la manera errónea en que usamos Instagram, y usarla a nuestro favor.
Podemos comenzar a dar unfollow a todas esas cuentas que no nos inspiran, que nos hagan sentirnos mal con nuestro cuerpo y con nuestra forma de pensar. Y seguir cuentas con temas de interés para nosotros, que nos motiven, que nos hagan practicar nuestra creatividad o simplemente cuentas con una estética que nos transmita sensaciones agradables. Podemos dejar de preocuparnos por el número de seguidores y comenzar a preocuparnos en si esa foto que acabo de tomar y que planeo subir a mi cuenta de Instagram realmente soy yo y me representa, ya sea en los tonos, la composición o solo una selfie donde me vea bella y feliz. Lo importante es mostrarnos siempre transparentes, y así, comenzando de poquito en poquito, presentar al mundo esa personalidad que nos identifica del resto y que muchas veces intentamos esconder.
No solo estamos buscando una personalidad para Instagram, sino para nosotros en todos los ámbitos de nuestras vidas, y, tocando nuevamente el tema de la moda y el cómo queremos que sea nuestra carta de presentación ante la sociedad, bueno, solo una persona tiene el poder de decidirlo, y esa persona eres TÚ.
Hay que dejar de lado todas esas reglas estereotipadas de moda y comienza a escucharte a ti, ¿qué es lo que a ti te gusta? ¿te gusta esa minifalda pero no estás segura de usarla por tus muslos grandes y por el qué dirán? Bueno, déjame decirte que esa minifalda se sentiría honrada de que tú la portes, y los comentarios del resto de la gente aquí no importan.
Además, el vestirnos no debería de ser un sufrimiento, al contrario, debemos de disfrutar el proceso, jugar con las texturas, con los colores sin que nadie intervenga en cómo queremos vernos. Recuerda que el vestir de acuerdo tu tipo de cuerpo está sobrevalorado.
Todo esto son solo complementos y puntos importantes que nos invitan a la introspección para conocer lo que nos gusta, conocer quiénes somos, aceptarnos y dejar que nuestra personalidad conozca la luz del día.