La unión hace la fuerza
Las expresiones del pasado #8M dieron la vuelta al mundo. Más aún, en un Chile que pasa por un estallido social fueron alrededor de dos millones de mujeres quienes superaron la marcha anteriormente conocida como la marcha más grande de Chile. En todo el territorio se cantó, bailó y se unieron las experiencias que nos marcan: crecer bajo el alero de los estereotipos. Aprendimos de pequeñas que debíamos cumplir un rol pero despertamos para darnos cuentas que podemos hacer lo que queremos.
Los siguientes testimonios reunidos por Valerosas son de mujeres en diferentes partes del globo, que alzaron sus voces y hoy tienen estas palabras para contarnos.
Paula, 21, Española en Lituania.
“Yo estoy de intercambio de estudios en Lituania pero soy de España. Aquí como pudimos aprender debido a su pasado y que hace menos de 30 años que consiguieron su independencia, no tienen una conciencia de lucha a través de manifestaciones tan grande y menos aún de feminismo. Pero este año, por primera vez se creó un evento, una marcha de apenas dos kilómetros organizada por una pequeña asociación local. Yo diría que no éramos más de 100 personas pero fue de los momentos más emocionantes que he vivido. De verdad podía sentir que esto era el inicio de algo y que el año próximo probablemente sean muchas más personas las que se unan. A pesar de haber vivido situaciones de racismo y rechazo por nuestra nacionalidad y la diferencia de idioma, hoy nos sentíamos parte de la comunidad realmente diría que por primera vez en todo este año. Además la labor de “La Tesis” ha sido muy importante aquí ya que no tienen “gritos de manifestación” Ni slogans. Lo que hicieron fue adaptar la canción a lituano y durante la marcha gritaban frases de la canción. Al final de todo hicieron la performance y les sirve ahora para promocionar el acto y crear diálogos.”
Antonia Gómez, 26, Santiago de Chile.
“Nunca habían ido antes a ninguna marcha porque me daba mucha ansiedad, me asustaba que hubiese tanta gente, me asustaba salir herida, me asustaban los pacos. Pero mi mamá (56 años) me dijo que fuéramos, y encontré que sí, que ya era el momento, que si ella iba, como la iba a dejar sola. Y fue una experiencia hermosa. Llegamos temprano, nos compramos unos pañuelos y comenzamos a caminar. Había tanta gente, pero no me asuste, no me angustió en ningún momento porque éramos todas iguales, estábamos todas en la misma. Cuando tiraron lacrimógenas, las mujeres del rededor te ofrecían agua con bicarbonato para los pañuelos de forma súper amable. Me sentí segura, me sentí acompañada y feliz, feliz de saber que somos tantas, y que nos cuidamos tanto. En algún momento se perdió una niña, la levantaron en brazos y todas gritamos “niña perdida”, después su nombre, la gente se comenzó a sentar en el suelo hasta que encontraron a su mamá.”
Gabilú Mireles, 29 años, Ciudad de México
“Las expectativas eran súper altas para esta marcha por ser mi primera marcha en la vida. Creí que iba a salir de ahí empoderada, llenar de energía y con esperanza en el futuro de las mujeres en MÉXICO, donde los casos de feminicidios siguen aumentando, los crímenes de odio en contra de nosotras están a la orden del día y el machismo es pan diario. Pero la experiencia fue pesada, me dejó agotada. La energía de las mujeres era increíble, pero fue una marcha de guerra y se sintió con esa gravedad que una guerra merece. Aplaudo a las mujeres que luchan por nuestros derechos todos los días, en esta marcha me quedó claro que no es tarea fácil.”
Paloma, 27, Santiago de Chile
“Llevo años asistiendo a las marchas feministas del 8M en Stgo, nunca es una mala experiencia… mi mamá (51) no iba a una marcha desde que ganó el NO en contra de Pinochet… más de 25 años atrás, hoy me acompañó, se pintó la cara, gritaba como todas las demás, corrió de los pacos, llevó un pañuelo para no ahogarse con las lacrimógenas, me emociona mucho que ella haya ido, que hayan ido muchas mamás, abuelas y mujeres que en sus tiempos el machismo era algo normalizado. Nosotras logramos ese cambio y seguiremos logrando muchos más cambios de conciencia. Hoy al vestirme para ir a la marcha, me di cuenta que la polera era muy corta, se me notaba el poto… siempre me siento vulnerable al usar cosas cortas (como muchas), le pregunté a mi mamá si era muy corta la polera para cambiármela, ella me dice: “qué importa que sea corta? Iremos puras mujeres po…” ahí me di cuenta que ella entendió todo. Es una experiencia única, todas estamos ahí por aquellas que no pudieron estar y callaron.”
Rosalba, 70 años. Ciudad de México
“Asistí con mis hijos a la marcha del 8 de Marzo. Una manifestación impresionante en la que las mujeres expresamos nuestra impotencia de ver cómo nuestro país ha caído en esta violencia tan grande. Vi a madres, hermanas, familias enteras caminando con dolor, clamando justicia. Una justicia que no llega. Vi cómo las mujeres podemos hacernos escuchar, podemos exigir el derecho de vivir en un país con seguridad. Alzamos la voz para que nuestras Autoridades y Gobierno pongan soluciones a los asesinatos de tantas personas, mujeres, niñas y niños, principalmente. Hoy estamos unidas a todas las familias que piden justicia por tantos asesinatos, las violaciones, el acoso. Las mujeres estamos unidas y ya no guardaremos silencio. Me sorprendió tanto que era tal la organización y la disponibilidad de las mujeres, que habiendo miles y miles de mujeres no chocabamos. Íbamos lento brazo con brazo, con un mismo sentimiento, unidas todas respetándose cada una, dándonos fortaleza, fuerza, ánimo. Fue algo que me impactó. Y aunque suene trillado la frase, La unión hace la fuerza.“
Nicté, 31, Tijuana
“No era mi primera vez en una manifestación, pero sí fue la primera vez que fuí con mi mamá y amigas nuevas y antiguas y me pude encontrar a gente que tenía mucho sin ver. Fue un espacio muy bonito y solidario en el que todas estábamos pensando en lo mismo y queríamos lo mismo, buscando un cambio para nuestro país. Fue muy interesante ver las diferentes convocatorias que hubo porque por lo menos hubieron tres diferentes: una de feministas radicales, una trans incluyente y otra fue familiar. Al final todas convergimos en un mismo punto y la verdad si pensé que llegaría a haber una situación incómoda de a ver quién se quedaba en el lugar o a quién le correspondía estar en el espacio pero al menos en mi experiencia fue muy bonito, a todas nos recibieron y todas participamos. Éramos muchísimas. Marchamos, gritamos y repetimos consignas. Fue una energía muy especial, sentirnos todas acompañadas y apoyadas unas por otras. Y me da mucha esperanza de lo que viene y podemos hacer como colectivo.”
Paula, 25, Santiago de Chile
“Mi primera marcha en años! Fui cuando era pingüina y fue una experiencia traumante para mi edas (15 años quizas) Hoy con 25 años sentí que era momento de volver y saber que no soy la misma de hace 10 años. Fue una experiencia única, mucha sororidad entre todas. No senti ansiedad ni me dio un ataque de pánico, que era mi mayor miedo. Me sentí muy acompañada aunque no conocía a la compañera de al lado. ¡Fuimos históricas!”
Adriana Quevedo, 28 años. Boliviana en Chile
“Fui muy feliz de ir a la marcha por primera vez con el grupo valerosas, muchas de mis amigas no se animaban a ir y la mayoría es por miedo por todo lo que ha pasado desde Octubre. Ir en grupo me hizo sentir segura. Ser parte de algo tan histórico, en bolivia aún no hay grupos feministas importantes si bien han habido marchas han sido muy concretas. Acá toda la comunidad se une y apoya la causa, ha sido muy lindo ser parte de eso, acompañada de muchas mujeres se notaba el empoderamiento. Me llenaba de inspiración, me dio ganas de llorar muchas veces de la emoción, de ver cómo hemos cambiado y ha cambiado la historia. Si hace 10 o 20 años no te hubieses imaginado algo así, tanto poder. Me hace feliz -como maquilladora a cargo de embellecer a otras mujeres- verlas a gusto con quienes son y aceptándose. El movimiento feminista apoya esto y mi misión es hacerlas sentir empoderadas por lo que son. Vi el compañerismo y la importancia de apoyarnos entre nosotras.”
Mariana, 8 años. Santiago de Chile.
“Para mi la marcha fue un buen momento para que las mujeres peliaran por sus derechos y fue divertido ir con mi mama y mi tia…lo que mas me impresionó fue saber de los femicidios…me dió pena pensar que mujeres han muerto en manos de sus parejas…”
Silvia, 41 años. Santiago de Chile.
“Quería llevar a mi hija mariana de 8 años a la marcha del 8m porque sentí que era un ambiente seguro donde ella podía vivenciar el poder de manifestarse. También quería que sintiera el poder femenino y lo hiciera tuyo. Fue fuerte tener que explicarle de los femicidios, pero creo que todo se da en la vida en el momento correcto. Me impacta pensar que para mi es algo normalizado…a ella le impresionó mucho cómo nos debería impresionar y doler a todos. Agradezco haber ido y sobre todo haber ido con ella.”
Todos los días tenemos la oportunidad de seguir esta lucha. El impacto de la marcha del #8M no se desvanecerá, las voces que rugieron ese día harán eco en nuestra memoria y sembrarán las bases para entender un mundo sin violencia de género. Hoy y siempre, seremos valerosas.
2 thoughts on “Testimonios de un 8M histórico”
Que hermoso leer los relatos de otras mujeres, creo que no se da la instancia para compartir experiencias con desconocidas y esta fue la oportunidad. Gracias valerosas!!
Like!! Really appreciate you sharing this blog post.Really thank you! Keep writing.