Re-aprender a amar
La manera en la que percibimos las relaciones de pareja es algo que se construye con el paso del tiempo, de los factores que van formando parte de nuestra vida, por ende, podríamos decir que amamos desde lo que conocemos, pero ¿qué pasa cuando lo que conocemos no es lo mejor para nosotros? ¿Qué pasa cuando tampoco lo es para quien decimos amar?
Cuando hablamos de amor, de amar, de estar en pareja, a nuestra mente suele venir un “ideal”, tal vez lo que vimos en casa con nuestros papás, tal vez lo que alguna religión nos enseñó, incluso lo que vimos en las películas con las que crecimos. Regularmente, este “ideal;”, suele ser el tan ya conocido: “Amor romántico”.
Si lo definimos de manera sencilla, podríamos decir que el amor romántico es aquel que cree que únicamente hay una persona perfecta en TODO el mundo para ti, esa que te complementa en todos los sentidos, y que al encontrarla te casarás, tendrás hijos y será hasta que la muerte los separe.
¿Qué de malo tiene algo que suena tan bonito?
Como en todo, esa idea es sólo una cara de la moneda, porque lo que no vemos (o no queremos ver), es que del otro lado nos dicen que al no estar con esa “media naranja” estás incompleto, por ende, el estar soltero se vuelve sinónimo de fracaso. Es justo aquí donde crecen las inseguridades y la dependencia emocional, es aquí donde uno deja de pertenecerse para pertenecer a alguien más, donde uno se vuelve permisivo, donde uno comienza a creerse frases como:
Le querré pase lo que pase
Le quiero más que a mi vida.
Creando una idea nociva de amor, lo cual fomenta el control, los celos, el acoso, la violencia física y emocional.
Pero tranquilos, no es cómo tenemos que decirle adiós al amor, a las relaciones o terminar con nuestra pareja (bueno, vemos con esa última). El amor no es malo, la idealización sin embargo, es la que lleva a todo al carajo. Mi consejo, como mujer que ha llorado mucho por cosas que llamé amor cuando no lo eran, es el siguiente:
No existe una sola forma de hacer las cosas. No existe una sola forma de amar. El amor en pareja se construye día con día, no basta con quererse, se necesita MUCHA comunicación y sobre todo, uno no puede amar si no sabe amarse.